¿Qué es la huella de carbono?

Se anima a las empresas a reducir su huella de carbono. Para lograrlo, pueden apoyarse en un valioso indicador: el rendimiento del carbono.

Gases de efecto invernadero: todo lo que hay que saber sobre el concepto de retorno del carbono

¿Podemos reducir nuestra huella de carbono y ahorrar dinero al mismo tiempo? Detrás de esta gran pregunta se esconde el concepto, a menudo incomprendido, de huella de carbono. ¿Qué es este indicador? ¿Por qué utilizarlo? ¿Quién puede utilizarlo? Echemos un vistazo.

¿Qué es la rentabilidad del carbono?

La huella de carbono es una medida de la eficacia de las medidas adoptadas para reducir los gases de efecto invernadero (GEI). Para calcularla, hay que tener en cuenta dos factores:

• la inversión económica realizada (coste de instalación de los paneles fotovoltaicos, su mantenimiento, facturas, etc.);

• cambios en las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero.

Evidentemente, una rentabilidad positiva del carbono implica un rendimiento favorable de la inversión, así como una reducción de las emisiones de GEI.

¿Cuáles son las diferencias entre rentabilidad y huella de carbono?

Los conceptos de huella de carbono y retorno de carbono son similares. Sin embargo, existen algunas diferencias notables.

La huella de carbono se define como la medición de todas las emisiones de GEI de todos los flujos físicos de una estructura, sin los cuales sería imposible su correcto funcionamiento. Es, por tanto, una declaración cuantificada del impacto medioambiental global de una entidad.

El rendimiento del carbono mide la eficacia y la rentabilidad financiera de una acción realizada en favor del medio ambiente. En este sentido, es un indicador más específico, pero también más pertinente para una empresa que pretenda evaluar con precisión el impacto de una inversión.

ROE y ROCE: otros indicadores próximos al concepto de rentabilidad del carbono

ROE (return on environment) es un concepto que se encuentra sobre todo al otro lado del Atlántico. Se basa en una observación bastante simple: actuar en favor del medio ambiente es sinónimo de múltiples beneficios:

• Mayor atractivo para las empresas a la hora de contratar personal joven, cualificado y preocupado por las cuestiones medioambientales;
• Una mejor imagen ante los consumidores al destacar las acciones ecorresponsables desarrolladas por la empresa;
• Aumento de la rentabilidad mediante inversiones sostenibles (cortocircuitos, reducción de la factura energética, etc.).

El ROCE (return on climate and the environment) es un concepto que se deriva de su homónimo (rendimiento del capital empleado), muy utilizado por los profesionales de las finanzas. Pone de relieve el hecho de que, contrariamente a la creencia popular, una empresa cuyo principal objetivo sea el crecimiento tendrá un menor rendimiento de la inversión que otra que haya invertido en resolver problemas sociales y medioambientales.

Retorno del carbono: ¿quién utiliza este indicador?

Este indicador lo utilizan principalmente las organizaciones que producen un gran volumen de emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero y pretenden reducirlas. Los supermercados son ejemplos perfectos de ello. Producen diariamente una gran cantidad de gases de efecto invernadero (refrigeración, aire acondicionado, transporte de mercancías, etc.).

Para mejorar su huella de carbono, se pueden plantear varias soluciones:

• instalación de paneles solares ;
• tejados verdes ;
• instalación de una nueva flota de plantas frigoríficas;
• instalación de un sistema de detección de fugas de refrigerante ;
• bajar la temperatura del aire acondicionado ;
• cierre de armarios frigoríficos ;
• etc.

Para medir la relevancia económica y ecológica de una inversión de esta envergadura, la noción de rendimiento del carbono adquiere todo su significado.

Emisiones de gases de efecto invernadero: ¿por qué la huella de carbono es un indicador pertinente?

En un momento en que se insta a las empresas a tomar medidas para reducir sus emisiones de GEI, es vital poder calcular con precisión los costes financieros que ello implica. En este sentido, los conceptos de rentabilidad del carbono y rentabilidad de la inversión están íntimamente ligados.

Gastarse 200.000 euros en equipos ecorresponsables es una cosa. Otra muy distinta es garantizar que el proyecto se amortice al cabo de 20 años, con escasos beneficios medioambientales. Para decirlo claramente, el rendimiento del carbono es un indicador diseñado para disipar cualquier duda sobre la viabilidad de una cantidad sustancial de financiación.

Refrigeración y rendimiento del carbono: ¿qué soluciones deben considerarse?

Las empresas que gestionan una flota de plantas frigoríficas producen a diario emisiones directas o indirectas de gases de efecto invernadero. Se pueden poner en marcha varias soluciones para reducir estas emisiones.

Minimizar la huella de carbono mediante la ecoeficiencia

La ecoeficiencia en refrigeración es un enfoque que pretende reducir el impacto medioambiental de las instalaciones de refrigeración, maximizando al mismo tiempo su eficiencia económica.

A grandes rasgos, existen cuatro ámbitos principales de intervención:

• 1 – Elección de refrigerantes: favorecer el uso de refrigerantes con un bajo potencial de calentamiento global (PCG), como los refrigerantes de 4ª generación (HFO), en lugar de refrigerantes sintéticos como los hidrofluorocarbonos (HFC).

• 2 – El diseño de las instalaciones: favorecer el uso de tecnologías innovadoras como compresores de velocidad variable, intercambiadores de calor de alta eficiencia o sistemas de control electrónico.

• 3 – Sensibilización y formación: apoyar a los empleados en la aplicación de prácticas ecoeficientes, al tiempo que se les forma en la correcta gestión de las instalaciones frigoríficas.

• 4 – Mantenimiento y gestión de las instalaciones: supervisión periódica de las instalaciones frigoríficas para optimizar su eficiencia energética y minimizar el riesgo de fugas.

Para más información sobre el concepto de ecoeficiencia: aquí

Limitar los gases de efecto invernadero y rentabilizar la inversión: la importancia de supervisar sus instalaciones de refrigeración

La refrigeración es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero de los supermercados. Para reducirlas, muchos optan por fluidos con un GWP (potencial de calentamiento global) bajo. Aunque es una solución viable, sigue siendo incompleta.

La mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de equipos defectuosos. Por ello, es vital supervisar la planta de refrigeración de forma continua, para poder recibir una alerta en cuanto se produzca una fuga. Teniendo esto en cuenta, confiar en las herramientas IoT y explotar los datos es una forma eficaz de controlar el consumo al tiempo que se optimiza el rendimiento energético. Además, los datos recopilados pueden utilizarse para calcular con precisión el rendimiento del carbono generado por su inversión.

Para ayudarle en esta tarea, Matelex le ofrece una solución completa y fácil de implantar. Se basa en tres herramientas:

• el DNI (detector de nivel inteligente), que utiliza un método de detección indirecta para evitar fugas en una fase temprana;
• el módulo de energía, que mide el consumo real de una instalación para alertar en caso de deriva energética (consumo excesivo) o de riesgo de avería del compresor;
• PolarVisor, una interfaz para la monitorización remota centralizada y completa, que permite optimizar el rendimiento de la planta mediante la recopilación de datos en tiempo real.

Así pues, para los propietarios de plantas y los profesionales de la refrigeración, los beneficios no sólo son inmediatos, sino también, y sobre todo, mensurables. Mucho más que un simple detector de fugas, la solución Matelex ayuda a reducir considerablemente las fugas y la factura energética y, por extensión, las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero.

Par ailleurs, il est à noter que la mise en place de la solution Matelex n’implique aucun changement au sein du parc d’installations frigorifiques. Elle convient à tous les fluides frigorigènes, que les installations soient neuves ou existantes. En revanche, ces dernières doivent impérativement être équipées d’un réservoir liquide HP pour accueillir la solution.

Así pues, cabe afirmar que la huella de carbono es un indicador fiable y pertinente que cada vez goza de mayor popularidad, sobre todo en el sector de la gran distribución. En este sector, cada vez más preocupado por las cuestiones medioambientales, es una herramienta de evaluación clave para cuantificar y racionalizar las inversiones ecorresponsables que deben realizarse.